Por César Zurco
En la tarde-noche de ayer, con leves lloviznas incluidas, Crucero del Norte ratificó su supremacía en el clásico más trascendental del fútbol misionero al imponerse por 3 a 2 ante Guaraní Antonio Franco, ratificando así su calidad de favorito en este cuadrangular semifinal del Torneo Argentino B. Cabrera, Mosevich y Marczuk anotaron para el conjunto de Santa Inés, mientras que Torres en dos oportunidades descontó para los de villa Sarita. Si bien el equipo Colectivero consiguió los tres puntos de manera justificada, en la cancha quedó la sensación de que el equipo de Villa Sarita pudo haberlo empatado en más de una oportunidad, especialmente en los últimos minutos del complemento, aunque no alcanzo con el oficio y la experiencia del equipo de Pedro Dechat para aguantar el triunfo. Después, hubo serios incidentes.
Guaraní mostró tener el control desde el inicio del partido, hasta los 6min, cuando Crucero lo sorprendió con una excelente jugada por izquierda con Mosevich, quien metió un centro pasado para la entrada de Cabrera, quien puso el 1-0.A los 17min partió un córner corto para Soto, éste sacó un centro que confundió a Poncio, quien no pudo asegurar el balón, dio un rebote corto, que fue aprovechado por Mosevich, quien puso el 2-0 transitorio. En el complemento, el “colectivero” se relajó, cedió el balón y a los 21min Guaraní descontó por medio de Torres. Reaccionó y puso el 3-1 con una buena definición de Marczuk. Sobre los 37m, Torres volvió a convertir, y Crucero ganó 3 a 2.
Una batalla campal…
El clima no era el mejor en la previa de Crucero-Guaraní. De la última vez que se habían enfrentado quedaron secuelas que ayer se trasladaron a los jugadores, quienes armaron una batalla campal.
Segundos después de que el árbitro Alberto Flores decretase el final del juego, los simpatizantes franjeados, inundados por la impotencia que significó volver a perder, destrozaron totalmente el alambrado que separa la tribuna García Coni del campo de juego.
Y aunque la policía impidió el ingreso de los simpatizantes visitantes al terreno de juego, fueron los propios jugadores, utileros, integrantes de cuerpo técnico y asistentes los que armaron una verdadera batalla campal a lo ancho y a lo largo del campo.
Ojalá, por el bien del fútbol, haya medidas disciplinarias para todos. Aunque le cueste al fútbol misionero. Sólo así se aprenderá la lección.
